La abeja tiene un tórax velludo y abdomen segmentado, un par de alas dobles y tres pares de patas segmentadas. Cada pierna tiene una diferente "herramienta" diseñada para una función específica para ayudar en la recogida y el transporte de polen a la colmena para la producción de miel.
Las muestras para imágenes utilizando un microscopio electrónico de barrido son generalmente recubiertas de una fina capa de oro y la imagen es tomada en alto vacío. Sin embargo, para preservar la cubierta peluda y el detalle fino en el cuerpo de la abeja, ésta fue fotografiada sin recubrimiento y en "condiciones ambientales" a una presión mucho más baja. Esto tiene ciertas ventajas y desventajas: la señal es mucho menor, por lo que se necesita hacer modificaciones para mejorar la calidad de imagen. El vapor de agua se introduce para amplificar la señal y la temperatura se controla cuidadosamente para evitar la evaporación.
David McCarthy desarrolló esta técnica que permite obtener imágenes de los especímenes vivos, que normalmente no es posible con el microscopio electrónico de barrido.
Las abejas son cruciales para la polinización de las flores y promover el crecimiento de los cultivos. En los últimos años, las enfermedades causadas por el virus de las alas deformadas y un microorganismo similar a un hongo llamado Nosema ceranae tienen cada vez más afectadas a las abejas y abejorros . Los investigadores están utilizando radares para rastrear a las abejas de manera individual para investigar el impacto de estas enfermedades en la población.
La abeja fósil más antigua conocida (encontrada en ámbar de Birmania y descripta en 2006) pertenece al Cretácico temprano, presenta caracteres muy primitivos que la relacionan con las avispas. Se la denominó Melittosphex burmensis y se calcula que su edad es de alrededor de 100 millones de años. Tiene caracteres especializados, apomorfias, típicos de Anthophila o sea de abejas, pero además conserva dos caracteres ancestrales o plesiomorfias de las patas (dos espolones tibiales y un basitarso delgado), éstos son caracteres de transición entre las abejas y otros grupos de himenópteros. Otra abeja fósil descubierta en ámbar es Cretotrigona prisca de Nueva Jersey, Estados Unidos; su edad se calcula entre 65 y 75 millones de años, a fines del Cretácico o sea alrededor de 30 millones de años más reciente que Melittosphex burmensis. Es un miembro de la subfamilia Meliponinae en la familia Apidae y es considerada una especie más avanzada evolutivamente.
Los primeros polinizadores no fueron abejas sino escarabajos y o moscas, es decir que el síndrome floral de polinización ya estaba bien establecido cuando aparecieron las abejas. Lo importante es que éstas desarrollaron especializaciones o adaptaciones a esta función lo que las llevaron a ser los polinizadores más eficientes de las flores. Es posible que la aparición de estas adaptaciones haya motivado o contribuido a la radiación adaptativa de las plantas con flores (Magnoliophyta), contribuyendo a su vez al aumento de la biodiversidad de las abejas
De los grupos vivientes se considera que Dasypodaidae es el más primitivo y que es el taxón hermano de todas las otras abejas. Anteriormente se creía que Colletidae era el grupo basal por tener una lengua corta, considerada primitiva por ser similar a la de las avispas, pero hoy en día se piensa que se trata de evolución convergente y no una condición plesiomórfica.
Los primeros polinizadores no fueron abejas sino escarabajos y o moscas, es decir que el síndrome floral de polinización ya estaba bien establecido cuando aparecieron las abejas. Lo importante es que éstas desarrollaron especializaciones o adaptaciones a esta función lo que las llevaron a ser los polinizadores más eficientes de las flores. Es posible que la aparición de estas adaptaciones haya motivado o contribuido a la radiación adaptativa de las plantas con flores (Magnoliophyta), contribuyendo a su vez al aumento de la biodiversidad de las abejas
De los grupos vivientes se considera que Dasypodaidae es el más primitivo y que es el taxón hermano de todas las otras abejas. Anteriormente se creía que Colletidae era el grupo basal por tener una lengua corta, considerada primitiva por ser similar a la de las avispas, pero hoy en día se piensa que se trata de evolución convergente y no una condición plesiomórfica.
"El declive en las poblaciones de abejas y otros polinizadores podría tener un efecto devastador sobre el medio ambiente, y esto es casi seguro tendrá un serio impacto en nuestra salud y bienestar", dice Sir Mark Walport, director del Wellcome Trust (que recientemente ha apoyado una serie de proyectos relacionados con las abejas y otros polinizadores). Beau Lotto, un neurocientífico de la UCL, también ha estado utilizando a las abejas para saber más sobre cómo funciona el cerebro humano. Estudia los patrones de vuelo de los abejorros en relación a las señales visuales para ayudar a desentrañar la compleja relación entre la ecología y el comportamiento visual.
Fuentes: David McCarthy y Wikipedia
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