Esta es una de esas preguntas cuya respuesta dependería sin duda de a quien se la plantees. Es extendida la creencia popular de que los pájaros cantan porque están “contentos” por haber sobrevivido a la noche.
Esta respuesta estaría bien respaldada por algún biólogo como David Attemborough, quien se centraría en explicar cómo los pájaros de sexo masculino aprovechan esas horas para “impresionar” a las hembras con sus fuertes cantos debido a que es el momento que más tiempo ha pasado desde su última ingesta, demostrando así que tienen fortaleza en los momentos más crudos del día y que por ello, sus genes merecen ser perpetuados, reforzando una vez más la Teoría Darwinista de la evolución moderna.
Algunos ornitólogos argumentan que esto no es necesariamente así debido al hecho de cantar al alba, cuando aún no hay plena luz, lo que hace que los pájaros sean presa fácil de depredadores nocturnos que aún deambulan, puesto que este acto delata su posición.
Ellos argumentan que los pájaros eligen este momento del día para cantar puesto que es el momento donde existe un menor nivel de contaminación acústica, la cual se va incrementando a lo largo de la mañana conforme la ciudad se va despertando.
Cuando pensé sobre el tema la primera vez, me dí cuenta de que esta última premisa no era del todo cierta, ya que desde pequeño había podido observar en mis periodos estivales en el pueblo cómo el fenómeno se repetía en cualquier lugar por alejado que estuviera de los focos de población. Por otro lado, pensé que tendría que haber una causa más pragmática, alguna razón de peso, objetiva, que diera un argumento convincente sobre el porqué los pájaros eligen este momento, algo que demostrara que lejos de ser una elección caprichosa, la naturaleza había elegido ese momento fuera de todo azar.
La respuesta la encontré releyendo un libro sobre la transmisión del sonido. En él se exponía cómo la absorción del sonido (su detrimento) es menor para valores temperatura bajos y de humedad altos, es decir, justo al amanecer.
Para entender bien este concepto hay que pensar que el aire del cual estamos rodeados es un fluido (más o menos denso) lleno de moléculas de todo tipo de gases (O2, CO2, H2,…) y que el sonido (en general las ondas mecánicas) se transmiten gracias a estas partículas y al rozamiento y choque que se produce entre ellas cuando algo ejerce una presión sobre el medio (de hecho, en el caso del habla humana la acción de modulación/presión del aire es producido por las cuerdas vocales).
La temperatura y la humedad son dos de los factores que influyen acerca de cómo se mueven las partículas en el medio, y por ello, en cómo de bien se transmite el sonido. Además, hay que tener en cuenta que las transmisiones de frecuencias altas son mucho más sensibles frente a las absorciones del medio que las frecuencias bajas (es por ello que al alejarnos de la zona donde hay un concierto lo primero que dejamos de oír son los instrumentos agudos como las guitarras o la voz y por último los graves como la batería). Los pájaros cantan en una frecuencia sonora alta, lo que hace que la transmisión de estos sonidos sea especialmente vulnerable a la temperatura y la humedad del medio.
sonido y humedad
Resumiendo:
La transmisión del sonido mejora con humedades altas y temperaturas bajas. Dado que el amanecer es el momento del día donde se encuentran estas condiciones en la mayoría de las ocasiones, es normal que sea el momento elegido por los pájaros para propagar su canto a la mayor distancia posible con el menor uso de energía posible, algo que además de ser físicamente coherente lo es a nivel biológico donde cada organismo lucha siempre por obtener el máximo beneficio con el menor esfuerzo.
Autor del artículo: David Gascón
http://blogs.heraldo.es
Tus blogs parecen renovados¡¡¡
Interesante siempre la transmisión del sonido, aunque nos despierte de madrugada. ¿pero hasta dónde llega?
Un abrazo
Gracias Jonhan. Les tengo cariño.
Según he leído las frecuencias bajas en los cantos de pájaros alcanzan los 3 kmts y las altas unos cientos de metros. (600) dependiendo de la frecuencia. Incluso, cuanto más agudo, más difícil es ubicar al animal.
Cariños.