Algunos lo llaman "leyenda urbana" pero en realidad son comentarios irónicos o francamente burlones referidos a la incapacidad de los poderosos para lidiar con los problemas simplificándolos. Muchas veces se trata de una crítica social que en realidad podría resumirse en el siguiente pensamiento capitalista:
La solución más simple es la más acertada siempre y cuando no podamos hacernos millonarios con la otra.
La historia en cuestión, para aquellos que no la conocen, dice algo así:
En plena carrera espacial los americanos se habrían dado cuenta de que necesitaban un bolígrafo para escribir en sus naves espaciales ya que los bolígrafos convencionales de la época no funcionaban en gravedad cero. Luego de invertir una suma pavorosa de dinero [normalmente las cantidades mencionadas aquí oscilan entre el millón de dólares y varias decenas], la NASA dio finalmente con un dispositivo que era capaz de escribir en el vacío, en ingravidez y bajo temperaturas extremas como son las que presentan los viajes espaciales.
Cuando los rusos tuvieron el mismo problema, emplearon un lápiz.
La historia ha tenido tanta aceptación que como pueden apreciar en la fotografía al pie del post, hoy día se comercializan productos cuyo argumento es "Lapicera espacial Rusa" (conteniendo un simple lápiz) por un lado y " Lapicera de gravedad Cero de tecnología espacial" por el otro (conteniendo una lapicera común con tanque presurizado). No hablemos de precios ya que es obvio.
Pero cuando, como en este caso, la historia se va haciendo carne en el ideario popular, salen a la palestra los reivindicadores que intentan regresar el nivel de credibilidad a los científicos de una institución tan importante como la NASA. O lo que sería mucho más importante, evitar el ridículo frente a la comparación realizada con la solución de nada menos que la potencia opositora o contrincante de aquellos años: Rusia.
La verdad es que tanto los norteamericanos como los rusos usaron lápices en sus vuelos de gravedad cero sin que se presentaran inconvenientes. Algunos han planteado absurdamente que esta práctica era sumamente peligrosa debido a que una mina rota podría entrar en el ojo de algún astronauta. Si, han dicho esto y no se les cae la cara de vergüenza. En resumen, la creación de una lapicera espacial se debió a una cuestión de imagen, a un desafío tecnológico, más que a una necesidad ineludible.
A tal fin la NASA contrató en 1965 a la empresa Tycam Engineering Manufacturing, Inc., en Houston, para desarrollar 34 bolígrafos espaciales con un costo de 4.382’50 $, es decir, 128’89 $ por bolígrafo. Muchos lo criticaron por que era un gasto innecesario y mire que ni siquiera se acercaba a las cifras de la leyenda. La NASA se echó para atrás y los astronautas usaron medios más baratos.
Más tarde Paul C. Fisher de la empresa Fisher Pen Co. decidió diseñar un bolígrafo capaz de funcionar en el espacio sin ningún tipo de financiación de la NASA. Jugó su carta y una vez desarrollado la compañía informó que había gastado alrededor de 1 millón de dólares de sus fondos propios para I+D (Investigación y Desarrollo) y patentó su bolígrafo espacial con el nombre de "AG-7"
Fisher le ofreció el bolígrafo a la NASA en 1965, pero la NASA no aceptó la oferta. En 1967, tras muchas pruebas, la NASA aceptó que los astronautas de las misiones Apollo utilizaran los bolígrafos espaciales AG-7. Aproximadamente 400 bolígrafos Fisher fueron comprados por la NASA con un precio de 6 $ la unidad . La Unión Soviética compró 100 bolígrafos Fisher y 1000 cartuchos de tinta en febrero de 1969 para su uso en los vuelos espaciales Soyuz. En la actualidad tanto rusos como americanos usan estos bolígrafos en sus misiones espaciales.
Para la empresa Fisher fue una gran publicidad que sus bolígrafos espaciales fueran utilizados en la Luna por los astronautas y la empresa se dividió, siendo Fisher Space Pen Co. la que los fabrica en la actualidad.”
Más tarde Paul C. Fisher de la empresa Fisher Pen Co. decidió diseñar un bolígrafo capaz de funcionar en el espacio sin ningún tipo de financiación de la NASA. Jugó su carta y una vez desarrollado la compañía informó que había gastado alrededor de 1 millón de dólares de sus fondos propios para I+D (Investigación y Desarrollo) y patentó su bolígrafo espacial con el nombre de "AG-7"
Fisher le ofreció el bolígrafo a la NASA en 1965, pero la NASA no aceptó la oferta. En 1967, tras muchas pruebas, la NASA aceptó que los astronautas de las misiones Apollo utilizaran los bolígrafos espaciales AG-7. Aproximadamente 400 bolígrafos Fisher fueron comprados por la NASA con un precio de 6 $ la unidad . La Unión Soviética compró 100 bolígrafos Fisher y 1000 cartuchos de tinta en febrero de 1969 para su uso en los vuelos espaciales Soyuz. En la actualidad tanto rusos como americanos usan estos bolígrafos en sus misiones espaciales.
Para la empresa Fisher fue una gran publicidad que sus bolígrafos espaciales fueran utilizados en la Luna por los astronautas y la empresa se dividió, siendo Fisher Space Pen Co. la que los fabrica en la actualidad.”
El bolígrafo sucesor del argentino ideado por Ladislao Biro de la Fisher Pen Co. y que costó un millón de dólares para ser desarrollado utiliza un cartucho de tinta a presión utilizando nitrógeno comprimido y puede funcionar en el vacío, en ausencia de gravedad, dentro de otros líquidos y en un rango de temperaturas entre -10 y 204 grados centígrados.
Así que es relativamente barato.
Así que es relativamente barato.
En la foto superior de este post se muestra una pieza pertenece a una edición limitada a 1.000 ejemplares. Se trata de una réplica del primer bolígrafo AG-7, creada para conmemorar el 40º aniversario de la llegada del hombre a la Luna.
El AG7-40LE cuenta con acabado de nitruro de titanio negro. Además, tiene grabados diversos detalles en oro de 24 quilates, como el número de serie y los nombres de la tripulación del Apollo 11. Incluye una lámina de Kapton, el material original que aislaba térmicamente al módulo de mando del Columbia. Se encuentra en el extremo del bolígrafo, sellado con un material acrílico transparente.
Si alguien me lo quiere regalar sepa que estos chiches son muy de mi agrado, y que estoy dispuesto a escribir dentro del congelador, sobre la hornalla, en caída libre o dentro de una bomba de vacío.
Ah. Si le interesa, uno de los subproductos de este desarrollo, son los bolígrafos que escriben en cualquier posición, de manera que si usted ha podido escribir tirado en la cama mirando al techo o apoyado sobre una pared vertical, debe agradecérselo al AG-7.
O a un lápiz.
Taluego
El AG7-40LE cuenta con acabado de nitruro de titanio negro. Además, tiene grabados diversos detalles en oro de 24 quilates, como el número de serie y los nombres de la tripulación del Apollo 11. Incluye una lámina de Kapton, el material original que aislaba térmicamente al módulo de mando del Columbia. Se encuentra en el extremo del bolígrafo, sellado con un material acrílico transparente.
Si alguien me lo quiere regalar sepa que estos chiches son muy de mi agrado, y que estoy dispuesto a escribir dentro del congelador, sobre la hornalla, en caída libre o dentro de una bomba de vacío.
Ah. Si le interesa, uno de los subproductos de este desarrollo, son los bolígrafos que escriben en cualquier posición, de manera que si usted ha podido escribir tirado en la cama mirando al techo o apoyado sobre una pared vertical, debe agradecérselo al AG-7.
O a un lápiz.
Taluego
Fuentes consultadas : Historia verdadera de la NASA: Steve Garber (NASA History Web Curator), “The Fisher Space Pen.” y Fisher Space Pen Co.
0 comentarios
Publicar un comentario