Las cataratas de sangre del glacial Taylor se halla en la Antártida, concretamente en los valles secos de McMurdo, al sur del continente. Su característico color rojo, tan similar a la sangre, se debe a los óxidos de hierro que son transportados por el agua.
A pesar de que puede alcanzar los -50º C, la base del glacial se mantiene en estado líquido, lo que permite el movimiento de estas extrañas corrientes, que más adelante terminarán por solidificarse. Esto tiene su origen en su alto contenido en sal.
Otro dato curioso, es que en su interior viven microorganismos, que tienen procedencia desconocida. Se cree que se le alimentan de iones de hierro y azufre y subsisten sin prácticamente oxígeno.
Este atípico ecosistema se creó hace 1,5 millones de años y fue descubierto a principios del siglo XX, en 1911, cuando un geólogo australiano realizaba un estudio de la placa de hielo. Con el paso de los años se han barajado todo tipo de explicaciones para dar crédito a este fenómeno ya que se desconoce la procedencia del óxido de hierro que da este color.