Cada vez que la Luna nueva pasa entre el Sol y la Tierra se produce un eclipse solar. Cuando esto sucede no siempre ocurre este fenómeno porque la órbita lunar tiene una inclinación de unos 5 grados respecto a la Eclíptica y la mayoría de los meses nuestro satélite pasa muy cerca del disco solar sin llegar a ocultarlo. Los eclipses solares pueden ser totales, parciales o anulares, según la proporción del Sol cubierta por el disco lunar. Es una casualidad que el tamaño relativo de la Luna y del Sol sean aproximadamente el mismo.
El Sol es 400 veces más grande que la Luna, pero resulta que ésta, está 400 veces más cerca de la Tierra que nuestra estrella. Como nuestro planeta rota y la Luna se mueve, la sombra lunar traza un camino curvo sobre nuestro planeta. Cuando la sombra llega a la Tierra, es "muy pequeña", alcanzando un máximo de 270 Km de ancho y por ese motivo, los eclises de Sol solo se pueden observar desde lugares muy concretos. Un eclipse total de Sol se desarrolla en cuatro etapas; el primer contacto, el segundo contacto (principio de la totalidad), el tercer contacto (fin de la totalidad) y cuarto contacto. ¿Cómo se ve un eclipse solar a 400 kilómetros de la Tierra? Se han captado miles de fotografías y películas del eclipse que ocurrió el pasado 20 de mayo desde todos los puntos de la Tierra donde fue visible este fenómeno astronómico. En esta película se puede ver otro punto de vista muy diferente y del que sólo hay una grabación, la realizada por el astronauta Don Pettit desde la Estación Espacial Internacional a unos 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.





¿QUÉ SUCEDE DURANTE UN ECLIPSE TOTAL? El eclipse se inicia con el primer contacto, en el momento que el disco lunar toca por primera vez el solar. Sólo es detectable a través de un telescopio debidamente preparado para la observación solar. Durante la hora siguiente se desarrolla la fase parcial. Al principio, apenas se observan cambios; y de repente se aprecia una repentina "bajada" de la luz, la temperatura ambiente comienza a descender y comenzamos a observar comportamientos extraños en la fauna que nos rodea. Todavía es peligroso observar directamente al Sol sin protección a pesar que nos parezca lo contrario. Unos minutos antes del segundo contacto empiezan a producirse cambios muy rápidos; el cielo se oscurece mucho, el aire se enfría y se levanta una ligera brisa. A continuación, los últimos rayos solares logran pasar por los valles lunares, dando lugar al fenómeno conocido como las "perlas de Baily"; es posible que la última de éstas "perlas" se mantenga durante un momento produciéndose el conocido "anillo de diamantes". A continuación hay un destello de luz sonrosada procedente de la cromosfera y comienza la totalidad. En ese momento, se aprecian perfectamente los planetas y las estrellas más brillantes; ahora podemos quitar los filtros. Podemos ver con claridad la corona solar (la atmósfera del Sol). Con un telescopio podemos observar en los bordes del la Luna fulguraciones solares. Cuando la totalidad esté llegando a su fin, es recomendable tener a mano el filtro solar ya que se producirá de repente un "estallido" de luz por el borde oriental de la Luna, es el tercer contacto; el fin de la totalidad y el cielo comienza a llenarse de nuevo de luz. A partir de ahora restará todavía una hora para la finalización del eclipse, aunque para la mayoría la observación ha terminado tras observar uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. Observar el Cielo II. David H. Levy. Ed. Planeta 1998





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